A lo largo de toda mi vida, creeré que lo principal para una obra artística es el dolor. Es la paga de la expiación que debemos dar para permitirnos formar vida. Buenas mañanas, lectores ficticios. La existencia este casi mes, porque falta para ser uno entero (casi un cuartos del mismo), ha sido muy interesante. He escrito poco, en comparación a mi ráfaga narrativa casi al borde de soslayar un problema mental. Sin embargo, he aprendido mucho. Muchísimo, podría decir. De todo eso, lo más importante que he aprendido ha sido lo que han leído en el inicio de este escrito. Uno no debe olvidar que fue lo que lo motivó a hacer lo que uno hace. Eso es lo más importante. Hace mágico a un mundo que dicta de no serlo. Vuelve al mundo en un circo alegórico y eso es copante.
En fin, como siempre hay noticias para darles. He comenzado con la segunda historia que se verá en la nueva entrega de "El hotel de las ideas". En este caso, mis dibujantes serán Santiago Mansilla y Emiliano Maitia (espero haber escrito bien el apellido, haha). También tengo definido un pequeño proyecto escolar con un estudiante de fotografía, que hará su magia con un texto mio. Ya tengo definido el escrito y cuando tenga más información de eso, se los diré. Otra noticia buena para darles, es el hecho de posiblemente conseguir mi trabajo en "Viñetas Sueltas", convención que se hará en fines de mayo. Fui a la anterior y me gustó mucho. Se la recomiendo. Encima se presentarán gente muy importante de la historieta europea. Vale la pena asistir. Se está en tratativas (curiosa palabra en cuanto a la semántica. ¿No creen?) todavía, pero parece que todo se orienta a que esté. Crucemos los dedos.
Eso es todo. Como buena ultima parte, les hablaré mínimamente de mis lecturas. He conseguido el libro que para muchos es la biblia del guionista. Hablo de nada más y nada menos que "El guión" de Robert McKee. Leerlo me sube mucho la auto-estima; no se porque. Quizás por la mirada casi espiritual que tiene en el arte de contar historias. Eso me gusta. No sólo ser un instrumento de entretención. Eso lo vengo pensando desde que era un pequeño niño que pasaba los recreos en la biblioteca. Narrar es humano; es parte misma de vivir. Necesitamos llegar a un acuerdo con la parte caótica de la no-muerte, ofreciéndole a modo de doncella virgen, imitaciones bastantes perfectas de nuestras almas.
Vaya, tenía la intención de distraerme un poco mientras bebía mi café en el trabajo y terminé levantando un maldito muro de Berlín. Espero que no tenga que ver como masas de gente manejada por ideales liberales, la destruyan.
Au`revoir.
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