sábado, 13 de junio de 2009

¿Cómo aparentar ser el mismo de antes de la tragedia? Parte I

La cerradura de la puerta se impone ruidosa en el ambiente, debido a la llave gastada de Esteban. Se abre y de lo bajo de la misma, se asoma una figura felina. Él lo reprende conociendo sus intenciones de querer salir al pasillo, enciende la luz y empujándolo suavemente con su zapato derecho. Cierra la puerta con cuidado, de forma sigilosa. La madera liviana y pintada de blanco resuena al juntarse con el linde. Su hogar es modesto. La luz encendida de la entrada, que es de poca intensidad, apenas disipa las sombras. Hay una ventana a lo lejos, cubierta casi por completo por la persiana. La poca luz natural entrante sólo permite distinguir a la cortina blanca y traslúcida, y a un mueble semejante a un escritorio. El interruptor presionado es regresado a un estado inicial, volviendo a la integridad habitual. Camina a una mesa redonda de vidrio con patas curvas y negras. Ésta se ubica en el centro del lugar, en un perfecto equilibrio entre mitades. Apoya su bolso negro de mala calidad, con uno de los dos cierres roto. Deja su boina sobre el bolso, limpiando el polvo del revestimiento.

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