Ciertas manos desvisten suavemente a un lindo chico, en un festejo de un día especial. Están en un cuarto, iluminado por una lámpara roja. Son todos jóvenes disfrazados quienes comienzan a quitarle las prendas de su disfraz de criatura vampírica, sacado de la mente de Anne Rice. Cuando queda en ropa interior, él dice que es hora de saciarse amatoriamente. Lo dice con otras palabras, pero quiere expresar justamente eso. Comienza a besar a las chicas, y junto con ellas, como si fueran ninfas risueñas, dan inicio a un frenesí de manoseos y afectos.
Ella, quien miraba desde una esquina, se asusta por lo que está viendo. No soporta verlo a él haciendo esas cosas, y más sabiendo que eso mismo que está realizando, lo hacía con su cuerpo virginal, hace tiempo atrás. No soporta que sus labios besen cuellos de otros, porque no se discriminaban géneros de cuellos en ese cuarto; ni ver como sus manos frotaban y apretaban espaldas ajenas, y varias entre sí.
La luz se apaga y unos cuantos recatados se alejan a la otra habitación contigua, iluminada por una lámpara que da luz fuerte y clara. Se miran un tanto asustados y un poco, digamos, curiosamente incómodos de no poder entregarse de lleno a las actividades de la conmemoración celebrada.
Una chica disfrazada de bailarina árabe steampunk, les hace probar unos gajos de manzana que tiene sobre una bandeja de metal liviana. Dichos gajos tienen azucar por encima. Ellos los prueban y los escupen asqueados. A la chica con el velo verde, le causa rareza que no disfruten de su aperitivo y se dirige, con pasos tambaleantemente sensuales a la habitación roja.
Ella, la que no podía entender las acciones de los disfrazados y que casi vomita al comer el fruto, espía por la diminuta abertura de la puerta entreabierta, tras pasar la steampunk arábiga. Los jóvenes amantes, detienen sus actos y comen gustosos. Terminan de saborear para comenzar nuevamente, a saborearse entre sí. Ella cierra la puerta y se dice a si misma, casi con una pena infortunada, que prefiere la Navidad o la Pascua. Por lo menos, se vuelve a decir, hay mejor comida.
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