Él se prueba unos anteojos de marco blanco. Su cabello despeinado, su cara roja, su expresión de haber perdido el alma, curiosamente todo eso es él ahora. Es él hace ya un tiempo largo. Piensa en sacárselos, pero le resulta mucho más cómodo de esa manera. Con eso, no verá la clara realidad tal cual es. Es una forma, digamos, de verse interesante esquivándola.
2 comentarios:
Muuuy bueno, breve y eficaz.
¡Saludos santafesinos!
Gracias, Ana!
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