martes, 10 de mayo de 2011

Nada de lo que vivo es real

No hay nada que pueda hacer
el amor es olvidado
hasta que no encontramos nada mejor
y recurrimos de vuelta allí
para abrazarlo al desenterrarlo.

Me siento contento
me siento lleno de verdad en este momento.

Quiero mostrarles
esas cosas que hago para escapar de ustedes.

Como aquella vez
que encontramos a nuestras heroínas en la desfachatez.

O cuando vimos
como tomaban cocaína y rompían autos con sus pies.

Decidí no preocuparme por la juventud
sino sufrirla en todo su doloroso esplendor
hasta que me aburra y me ponga azul.

Todo es tan misterioso, tan acogedor
que casi no me molesta sentir el vacío
de un corazón que ahora es un frío ataud.

Quiero encontrar a mis hermanos
entre desconocidos,
y fingir que nada de lo vivo es real.

Nada de lo que vivo es real.

Extraño los colores de mis series infantiles
con sus fondos que brillaban multifacéticos .

O cuando mi padre me levantaba en invierno
y me hacía sentir como un pájaro en la noche.

Ya no lo tengo, ni madre, ni hermana
ni gato, ni amor, ni hogar, no más nada.

Me hubieran dicho de antemano
lo solitaria que puede ser a veces la libertad.

Entonces me queda arrinconar la actitud
de cientos de miradas que me daban calor
de caricias olvidadas y días en forma de alud.

De ahora en más seré hijo del porvenir
de las fuerzas que quieren tibias arrastrarme
por donde ellas encuentren conmigo similitud.

Quiero encontrar a mis hermanos
entre desconocidos,
y fingir que nada de lo vivo es real.

Nada de lo que vivo es real.

Puede que mi astucia sea borrosa,
pero rompiendo candados
llego a las puertas de mis amigos
y les digo mientras me miran
que ya nada puede intentar asustarnos.

Nada de lo que vivo es real,
porque soy yo
haciéndome la cabeza.






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