Ellos seguían diciendo
que tenía una “amiga imaginaria”. Insistían, insistían, insistían aún más. Era
“demasiado grande” como para jugar esos “jueguitos de nene”. Ni tampoco era lo
“suficientemente grande” como para darme “algo para tomar” que sea útil para
bajarme todo esto de la cabeza. Estaba en una “etapa jodida”. A mi me parecía
buena, pero al parecer no lo era. Ellos sabían más de mí que yo mismo.
A decir verdad, era
muy feliz. Siempre estaba buscando la manera de aprender cosas. Recuerdo
divertirme usando el diccionario para buscar palabras y saber su significado.
Estaba comenzando a sentirme más confiado a la hora de hacer deportes. Seguía
siendo malo en la mayoría, pero comencé a interesarme por el atletismo y el
basketball. Me gustaba el atletismo porque correr significaba para mí mucho más
que desplazarme rápidamente de un extremo a otro. Significaba en realidad huir
del mundo y transportar mi joven mente a una nueva perspectiva. Y lo hacía
rápido. Con respecto al basket, en ese mismo año se había hecho popular una
serie japonesa animada. Su nombre era Slam
Dunk. Trataba de chicos que practicaban basket en la secundaria. La trama
era muy buena y los personajes muy geniales. No todos los niños de mi edad lo
veían, pero yo era un acérrimo fanático.
Justo en ese año
habían otorgado a las clases de Educación Física la posibilidad de jugar al
basketball y hacerlo por todo el año escolar. O quizás haya sido medio año, no
recuerdo bien. En los últimos días de clase tuve unos partidos muy importantes
con todas las divisiones del mismo grado. El equipo ganador recibiría una medalla. Y
mientras entrenaba en el colegio y entrenaba en mi casa ni bien llegaba de
estudiar, me sometía a unas extrañas charlas con mi profesor del aula. El sabía
acerca de mi “cuestión”. Me enojaba cuando me sacaba de las prácticas o de
Computación para hablarme.
Él destacaba entre los
otros profesores. Era más joven y más entusiasta que el resto. Enseñaba bien y
daba lo mejor de sí. Eso era lo que todos veían. Soledad y yo sabíamos muchas
más cosas de él. Él era raro.
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