Harvey, se que nunca oirás esto, y que si lo hicieses, te molestaría saberlo, pero sos uno de los tantos que salvaron mi vida. Vos sos mi esplendor americano, mi luz tanquilizadora que ilumina la mediocridad del día a día. Si, lo se. Estamos todos perdidos. Nunca habrá nada nuevo bajo Sol, y segundo tras segundo nos acercamos a un vacío y repulsivo final, a una saliente del risco de la vida. Lo se bien. Pero hey, sentite animado, porque yo tengo una historia que contarte.
Cuando trabajaba en el videoclub, encontré muy escondido en el fondo de las bateas de las películas viejas, la cajita de "American Splendor", original, la misma en zona 1 que se editó allá. No te conocía, pero como leí que se trataba de historietas, decidí aprovechar el hecho de poder llevarme cualquier película sin costo alguno y me lo llevé. Aclarar que me encantó sería tonto y no es el punto de esto, si no en lo que encontré dentro de la caja. Es claro que no sos para todo el mundo. Es genial, porque hizo que encontrase la pequeña tira que contenía, como regalo, el DVD. Hablabas de vos y de tu relación con todo esto del film, que hasta un punto te incomodaba y en otro te resultaba muy curioso. Me lo guardé y hasta el día de hoy, es una de mis reliquias más preciadas. Es todo un tesoro para mi, al igual que tus palabras y tus ideas.
Si, esta bien. Suficiente melosidad post mortem. Lo entiendo. Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario