domingo, 17 de agosto de 2008

Soteria

Holmes atiborrado de cosas. Miwa-chan atiborrada de cosas. El destino entre nosotros. No, ¡El espacio entre nosotros! ¿Te imaginás que nos dividan miles de millones de estrellas, planetas y chatarra espacial, que se mueven rectilíneamente durante toda su existencia? ¡Eso sí que sería copante!
"Llamando al planeta Sentimentaloide. *interferencia* Haciendo conexión. *Interferencia de miles de millones de ondas catódicas* Enviando información."
Es gentil la joven ubicada detrás del transmisor. Parece buena persona. Seguramente es un buen espécimen humano.
Más interferencia. Puntos rojos en la ventana. Semilla que levita sobre su eje. Oscuridad antecesora del bloque en la tormenta. Interferencia roja que levita sobre la tormenta.
"Contacto iniciado. Gracias por esperar."
Si, una buena persona.
En la lejanía hay una luz. Entre la lejanía un mar, o quizás un océano. Definitivamente agua reposada en la Tierra. Por encima y rozándole la noche silenciosa, no tan noche por aquel satélite blanco, no tan blanco por aquella noche. Cierto objeto caminante aparece grande y se hace chico. Leve onomatopeya. Al acercarse a dicha luz, descubre a un anciano en una cutre barca, sosteniendo un farol traslúcido. Ajetreado, lo desliza en medio de la gravedad. Temeroso, cubre su tiempo con gestos.
"Si ves lo que sigue, dile que no venga."
Interferencia, átomos en escala de grises que se mueven rápidos y fin. Ha sido un lindo gesto. Se desliza la materia por la ranura y se marca el comienzo del final del trabajo. ¡Sí que parecía ser buena persona!


Este texto se dió lugar debido a mis ganas de felicitar a cierta compañera estelar por su ardúo trabajo profesional mediante una e-card. Notarán porque mi lista de amigos no es extensa. ¡Bien hecho, Lili!

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